ADIOS SECUNDARIA
Son las 6 de la mañana, cuando se levantan de su cama y
dicen… me tengo que ir a la secundaria, ese lugar en donde convives con
personas que nunca te imaginaste que se volverían tan importantes en tu vida.
Se vuelven más que tus amigos, te apoyan, te critican, te quieren, te ayudan,
te pelean, te hacen enojar, te dan ánimos, cuando sabes que todo va de la
fregada, rasgos claros de una familia. Eso es lo que son y lo que han formado a
lo largo de tres años una familia de veintitantos individuos!
Solo tres años bastan para conocer los diferentes tipos
de seres humanos que los rodearon, el enojón, el inteligente, la diva, el
comelón, la buena onda, el amigable, el peleonero, la bailadora, el jugador,
etc. Son toda una mezcla de individuos, nacidos de diferentes padres pero en un
solo lugar, LA SECUNDARIA. El primer año es el más difícil, llegas y ves
rostros nuevos, nadie se habla, nadie se conoce, es algo totalmente nuevo para
ustedes, en ese momento habrían deseado no entrar a la secundaria, tal vez
pensaron que sería lo más aburrido del mundo, lo que pasa es que no estaban lo
suficientemente maduros, recaían en la influencia de la primaria, pero conforme
va avanzando el tiempo se van dando cuenta que sí, la vida se va entrelazando,
hacemos de la escuela nuestra segunda casa y a los maestros en nuestros padres.
Se van acostumbrando poco a poco a ver sus caras, todos
los días a saludarse, a escucharse y a quererse, hasta que acaba el primer año,
que es el primer paso. Viene segundo de secundaria después de vacaciones desean
verse unos a otros, recordar sus voces, consejos, chistes y hasta cualquier
tontería por no decir malas palabras, estaban ansiosos de retomar su camino,
pero desafortunadamente cuando llegan no todos vuelven, algunos se salen de la
secundaria para trabajar, otros se cambian de escuela por diferentes razones, en
este segundo año, se veían muchos problemas, empezaron a ser más desordenados, empezaron a formar grupitos
para separar al grupo, se criticaban unos a otros a sus espaldas pero al fin y
acabo lo hacemos, somos adolescentes.
Sus calificaciones empezaban a bajar y ustedes como si
nada sin pensar en el futuro, se empieza hacer algo rutinario, lo que antes
veían con entusiasmo, lo empezaban a ver como aburrido y difícil para algunos,
pero se va terminando segundo año y todos de nuevo agarran la onda de que ya
están a punto de entrar a tercero y que tiene que ser diferente, se acaba otro
curso, salen de vacaciones y cuando vuelven entran por la puerta triunfales EL
ULTIMO AÑO DE ESTA CARCEL, tal vez eso pensaron, pero llegan al salón y ven
rostros nuevos y no ven otros y dicen que pasa! Se fue mi mejor amigo y ni se
despidió de mí, nunca lo volveré a ver y ahí es cuando agarran la onda de que
es el último año y es cuando deben estar más unidos que nunca, cuidarse las
espaldas unos a otros para no reprobar y pasar al siguiente nivel.
Y los que nunca trabajaron se ponen las pilas por el
miedo a reprobar y repetir año y los que trabajaron todo el año se sienten
gloriosos por haberlo hecho, comenzamos hacer los trámites para ingresar a un
bachillerato, ansiosos! Pero otros se dan por vencidos, no tienen ganas de
luchar contra la vida y simplemente se dejan caer por la avaricia de traer un
peso en la bolsa, no quieren saber nada de números y cuadernos, poco a poco
avanza el año se van dando cuenta de que ya está a la vuelta de la esquina el
fin, el fin de su estancia en algo que llegaron a odiar y amar… la secundaria
de la que decían orgullosos, yo estoy en la telesecundaria Octavio Paz, pero
eso se acabaría, unos caen en la depresión y comienzan a interpretar sus miedos
de perder parte de su familia que habrían logrado hacer!
Pero hay algo que jamás olvidaran y es el hecho de que
nunca más en la vida, pasaran otra vez por la secundaria que es momento de
darse ánimos y de seguir adelante y que están a punto de recibir su certificado
donde este su nombre impreso y su fotografía, pero a escasa una semana de su
ceremonia de graduación cuando veamos dos o tres sillas vacías pensamos
inmediatamente porque no ha llegado, en este día importante de su vida y que
llegara tarde, después nos acercamos y vemos alguno que otro triste o hasta
llorar por esa emoción que solo se vive en ese instante que jamás se volverá a
repetir.
Mientras otros se echan ánimos llegara el momento en donde el maestro
comienza a nombrar uno por uno y los demás sentados aplauden lo más fuerte
posible, y cuando por fin reciben su certificado. Ansiosos por sentir ese papel
el cual fabricaron durante tres años, llegara el momento en donde todos se
miraran y surja el algunos una que otra lagrima, es el fin! Ese podría ser el último
día en que verán esos rostros que ya estaban acostumbrado a ver durante tres
largos años, cada mañana con sueños y este uniforme que nos caracteriza.
Comenzaran a repartir abrazos como nunca, lo más fuerte
posible, para que esa persona y su esencia los recuerde y nunca los olvide, tal
vez no sepan que hacer si brincar, gritar de felicidad o llorar de tristeza,
los más valientes dicen que más adelante se seguirán frecuentando, pero
lamentablemente no será así para todos. Festejen y pisen por última vez ese piso
que fue suyo durante tres años, en donde están dejando recuerdos, caídas,
ilusiones, triunfos, desgracias, maestros, los chicles debajo del pupitre y
sobre todo a tus compañeros y amigos.
Y por este escrito jovenes graduados de 3A, 3B y 3C, quiero
decirles que estos tres años agradezcan a sus padres, por todo ese apoyo a sus
maestros y revivan esas risas y momentos que pasaron juntos y que se adoptaron como una familia que se
volvieron parte de ustedes.
Cuando por los años no puedan correr, troten; cuando no
puedan trotar, caminen; cuando no pueden caminar; usen un bastón, PERO NO SE
DETENGAN, NUNCAN SE DETENGAN.
GRACIAS POR ESTOS TRES AÑOS
QUERIDOS EGRESADOS DE PARTE DE MIS COMPAÑEROS MAESTROS, SUS COMPAÑEROS ALUMNOS Y UN SERVIDOR PROFR. DAVID E. FRANCO ROMAN.